—Hemos vencido al segundo guardián —dijo Rey Elbas al aterrizar en la tierra metálica—. Las leyes crudas están en el centro de esta región.
—¿Qué es esta tierra? —preguntó la Gran Anciana Diana—. ¿Cuántos guardianes más debemos enfrentar?
Su paciencia había llegado a sus límites después de nadar por la magma durante años. La última parte había sido aún peor ya que no había podido usar su poder como deseaba.
Noah podía sentir parte de esa molestia ahora que flotaba junto a ese metal negro. Tener el alcance de su consciencia restringido lo hacía virtualmente ciego en ese ambiente extranjero.
Adivinó que la supresión sería aún más fuerte una vez dentro de la región. Por primera vez desde el comienzo de la misión, Noah pensó que su nivel no era adecuado para ese viaje.
Rey Elbas miró al grupo que aún flotaba en la magma. Runas brillaron en sus ojos, y su expresión no mostraba su usual arrogancia.