—¡Matar la luz! —gritó Night.
—¡Destruye la luz! —rugió con fervor.
—¡Muerte a la luz! —proclamó en éxtasis.
Night sonaba extático mientras volaba a través del humo corrosivo y liberaba sus habilidades sobre los núcleos de las formaciones. Su ira hacia todo lo que brillaba parecía ilimitada, pero Noah podía entender la razón detrás de tales intensos sentimientos.
El Pterodáctilo de la Noche de rango 7 había vivido en las Tierras Inmortales durante años sin mirar nunca al cielo. Cielo y Tierra habían puesto una gran limitación en su camino hacia los rangos superiores.
Noah no sabía cuán viejo era Night, pero podía entender que su vida en el plano superior había sido dura. La criatura probablemente culpaba a toda forma de luz por su caída.
Night aceleró dentro del humo corrosivo antes de chocar de frente con los núcleos. Sus ataques se asemejaban a una carga irracional que dependía solo de su fuerza física y velocidad, pero Noah podía percibir algo más profundo.