—¡Casi me lo creo! —pió Noche mientras volaba alrededor de la cabeza de Noah—. ¡Te atreviste a engañar a una bestia divina! ¡Este destino es incluso peor que la muerte! ¡Simplemente devuélveme a mi jaula!
El nuevo cuerpo de Noche tenía la forma de un pequeño pájaro que no parecía tener ninguna característica única. Noah lo había construido siguiendo las características de la especie del Pterodáctilo de la Noche. Había dejado los interiores vacíos, creando solo sus bordes.
Esa era solo una aproximación de los cuerpos de los Pterodáctilos. Se tomaría su tiempo para estudiar los cadáveres en su anillo en el futuro, pero Noche tendría que usar esa pequeña marioneta hasta entonces.
—Cállate —dijo Noah mientras volaba hacia la salida del Garganta—. Te daré uno nuevo una vez que vea cuán útil eres. Más importante aún, ¿recuerdas cómo luchar?
