Noah cruzó el túnel dimensional por primera vez en siglos. Apenas conocía las leyes en aquel entonces, pero ahora sus ojos y mente podían verlas.
No había leyes en el vacío. El trío las filtraba como si fuera un suceso natural en ese entorno, y se dispersaban una vez que cruzaban las paredes etéreas del túnel.
Noah y los Demonios podían manejar las leyes, pero parecían incapaces de contenerlas al estar expuestos a esa oscuridad. Concluyeron que solo los dioses podían atravesar el vacío sin verse afectados por sus propiedades.
Después de todo, solo estaban tomando prestados verdaderos significados que existían en la naturaleza. No los producían, y sus individualidades eran demasiado débiles para contenerlos dentro de sus centros de poder.
Esa experiencia era nueva incluso para los Demonios, y el grupo acordó en silencio acelerar el paso para evitar cualquier problema.