—Había sido demasiado —dijo Noah. Desde que entró en los rangos heroicos, el entorno político del mundo había limitado la mayoría de sus acciones.
Una organización era más fuerte que un solo cultivador. Eso era imposible de negar. Sin embargo, aquellos lo suficientemente altos en el viaje de cultivo podían llegar a un punto donde podían ignorar cualquier limitación y amenazar fuerzas enteras solo con su poder.
Noah no estaba allí todavía, pero la situación en el mundo oculto era diferente. Los cultivadores allí estaban dispersos y esclavizados, y su líder no era más que un saco de huesos capaz de liberar un aura poderosa.
Un ataque con poder en el sexto rango era una habilidad amenazante, capaz de reducir a cenizas prácticamente cualquier existencia en los rangos inferiores. Sin embargo, Noah no era un simple nadie. Su estado híbrido le daba la mejor defensa natural en el mundo, y sus técnicas lo colocaban en un reino propio.
