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El túnel conectaba el fondo del mar con una inmensa área subterránea llena de magma. El agua del océano se mezclaba con el líquido ardiente y formaba grandes plataformas rocosas donde lograba bajar la temperatura.
La luz carmesí irradiada por el magma brillaba sobre la cara de Noah y revelaba las propiedades metálicas de su piel. El Aliento alrededor de su cuerpo le impedía respirar el aire de allí, pero estaba seguro de que era abrasador.
Temblores aún barrían las áreas sobre él. Parecía que el lagarto de rango 6 estaba desatando caos ahora que había perdido a su presa. El techo rocoso en esa inmensa cámara subterránea amenazaba con caer cada vez que se sacudía.
Noah no quería permanecer allí. No temía que el lagarto pudiera alcanzarlo, ya que tendría que cavar a través de cientos de metros de rocas sólidas. Una criatura de rango 6 podría hacerlo si ponía suficiente esfuerzo, pero él estaría lejos para cuando alcanzara el magma.
