El grupo de la Colmena conocía las restricciones sobre el Imperio. Esa organización no tenía muchas maneras de interactuar con el entorno político. Ni siquiera podían atacar a ninguna fuerza que prosperara en el resto del mundo.
A la Colmena le encantaría recibir cualquier ayuda. El único problema era que Noah y los demás no sabían cómo el Imperio podría mejorar su situación contra la secta del Demonio Devastador y la Familia Elbas.
Esa era la razón por la que Noah había elegido comenzar las negociaciones preguntando qué estaba dispuesto a pagar el Imperio. Era inútil escuchar sus peticiones si no tenía nada valioso que ofrecer.
La Mano Izquierda de Dios se sintió sorprendida cuando vio al trío de quinto rango mirándola sin ningún miedo. Noah y los Demonios eran demasiado conscientes de su ventaja en esa situación como para mostrar alguna forma de debilidad.