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Los activos de las varias facciones comenzaron a abandonar el campo de batalla. Las potencias se movieron con ellos, y las tres organizaciones se reagruparon en diferentes áreas bajo la mirada severa de la Mano Izquierda de Dios.
Noah echó un vistazo al campo de batalla mientras Demoniaco Perseguidor volaba hacia él. El terreno se había vuelto negro debido a las llamas del Demonio Devastador, y grietas llenaban cada región alrededor del domo azul.
La devastación se extendió por cada rincón de lo que una vez había sido el hogar de la organización más poderosa. La zona parecía aún más destrozada que las regiones centrales del nuevo continente después de haber presenciado la batalla contra la bestia alada de cuasi-rango 7.
No se podía evitar. El viejo continente era más frágil que el nuevo. La cantidad de daño que las potencias podían hacer allí era inmensa, y aún unos pocos hechizos podrían convertir regiones enteras en páramos.
