June no pudo evitar notar la oscuridad aún persistente en el área subterránea mientras buscaba a Noah para intercambiar un largo beso.
—¿Todavía estás trabajando en la energía superior? —preguntó June después de que se separaron sus labios, y cerró los ojos mientras apoyaba su cabeza en su pecho.
—Sí —dijo Noah mientras acariciaba su cabello—. Nada parece funcionar.
—Has vivido dos vidas —se burló June—. Estoy segura de que estarás bien.
—No es tan simple —respondió Noah mientras su mirada seguía la desvaneciente oscuridad en el área subterránea—. No había cultivadores en mi mundo anterior. Éramos simplemente humanos impotentes. Las leyes no eran algo que pudiéramos doblegar a nuestra voluntad. Eran reglas fijas que tratábamos de explotar con máquinas complejas y largos años de estudio.
Esa era una de las principales razones por las que Noah raramente pensaba en su vida anterior cuando buscaba alguna inspiración.