—¿Nada? —preguntó Noah mientras ejecutaba la segunda forma de su arte marcial, apuntando a la cueva vista fuera de la formación. Su voz sonaba como un gruñido gutural debido a la Forma Demoníaca y las características de su bestia.
—¡Nada! —exclamó Daniel mientras guardaba su cuaderno inscrito de vuelta en su anillo espacial y reanudaba el suministro de combustible a su halo blanco—. Ningún mensaje mental parece capaz de escapar del área.
Para entonces, el grupo ya había enfrentado seis series más de hechizos, pero su situación estaba a punto de volverse crítica.
Las Serpientes Fantasmales seguían haciendo su trabajo como escudos de carne, pero sus cuerpos estaban llenos de lesiones, y algunas heridas incluso alcanzaban sus órganos internos. Además, sus instintos empezaban a tomar el control de sus cuerpos y los hacían ignorar las órdenes de Noah.