El nuevo entorno tenía un cielo blanco que irradiaba una luz perpetua y un terreno azul que contenía cantidades de Aliento que los cultivadores humanos no podían soportar.
Esa visión era mucho más peculiar, pero los expertos en el grupo de Noé ya habían visto esas características extrañas. El terreno azul era una cualidad icónica del pedazo de Tierras Inmortales, y los seis ya habían visto una luz similar al otro lado de la fisura creada durante la ascensión de la Mano Derecha de Dios.
Aun así, era difícil hacer una conexión con el plano superior, especialmente para cultivadores que no tenían acceso al conocimiento contenido dentro del Palacio Mortal.
No era una cuestión de falta de inteligencia. Más bien, los expertos allí no podían hacer la deducción más inmediata y razonable porque era demasiado increíble para siquiera pensar en ello.
Sin embargo, eso no se aplicaba a Noé y los dos Demonios.
