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Faith había visto cómo Daniel usaba su luz para purificar el vino y adivinó la naturaleza de su individualidad.
Eso había sido bastante fácil para ella, ya que su individualidad solía tener características similares. Su paz era algo que ella imponía manteniendo alejado todo lo que pudiera alterarla. Sin embargo, su fundación habría sido vacía si hubiera continuado siguiendo ese camino.
Lo opuesto le ocurriría a Daniel si continuara con su purificación sin fin. Su individualidad simplemente se convertiría en nada en algún momento.
Los ojos de Daniel se agrandaron ante sus palabras. Entendió lo que estaba diciendo, y logró encontrar un defecto fatal en su camino gracias a las percepciones obtenidas en esa breve conversación.
—Necesito preservar un núcleo que no puedo permitirme perder —dijo Daniel mientras giraba la cabeza para mirar la pared—. Eso es lo que tengo que purificar hasta su punto más alto. Mi fuerza de voluntad debe alcanzar una nueva forma.
