Los dos Demonios empezaron a mostrar expresiones frías después de aquellas palabras.
Estaban agradecidos con Noah, y este último incluso había empezado a considerarlos como un amigo.
Sin embargo, también eran demonios.
Su frialdad era propia de entidades que habían avanzado a través de la sangre de sus enemigos.
Noah nunca los había subestimado, pero tampoco había visto antes ese lado de ellos.
Aunque aquel descubrimiento no le asustó.
Más bien, se sintió aliviado al ver que eran de alguna manera similares a él.
Los cultivadores enfrentarían luchas y batallas arduas a lo largo de sus vidas, pero solo unos pocos desarrollarían una actitud similar.
—Seguro que os notificaré —Noah dijo mostrando una expresión fría propia.
Divino Demonio había entrenado personalmente a los Demonios.
Ellos reflejaban lo que Noah había aprendido por sí mismo durante su vida antes del archipiélago.