El ciclo de pujas y silencio continuó durante un tiempo.
Las pujas se reanudaban cada vez que una nueva flor brotaba y liberaba un poder superior al anterior.
Esa planta mágica parecía increíblemente frágil, pero había una resistencia innata en su especie ya que los tallos seguían creciendo incluso después de que tantas flores se marchitaran.
Sus luchas por encontrar una forma estable que pudiera vivir más de unos segundos eran encomiables, e incluso inspiraban a algunos de los cultivadores más débiles en la escena que aún estaban descubriendo su individualidad.
Sin embargo, esa visión comenzó a preocupar a los ancianos de la Colmena que habían comprendido la totalidad de la situación.
—¿Alguna vez dejará de aumentar su poder? ¿Puede llegar al sexto rango? —se preguntaba Noah mientras observaba las flores florecer y marchitarse periódicamente.
