—La criatura de cuasi-rango 7 tomó los cuernos de las cuatro bestias restantes de rango 6 y los lanzó dentro de su boca —comentó el narrador—. Sus fauces se expandieron para permitir que los ocho cuernos curvos entraran en su cavidad oral, y sonidos de masticación siguieron a ese gesto.
—Las criaturas de rango 6 sangraron por sus sienes y comenzaron a flaquear. La pérdida de la parte más crucial de sus cuerpos los dejó completamente drenados y debilitó significativamente su estatus —continuó relatando.
—Sin embargo, el líder ya había dejado de preocuparse por ellos. Cualquier experto en el campo de las bestias mágicas entendería la intención del líder al ver esa escena. Las criaturas aladas eran una especie inteligente que podía comunicarse a largas distancias y ejecutar órdenes complejas, pero aún eran bestias mágicas —explicó el experto—. El líder se había dado cuenta de que era inútil tener una manada en ese punto, después de todo su propia vida estaba en peligro.