Más lecciones siguieron en los próximos días.
Estaba el curso de alquimia impartido por Wanda Hamman, el curso de batalla real impartido por Bruce Nairti, y luego cursos sobre la historia general de cultivadores y bestias mágicas.
Noah se alegró al descubrir que sus posibilidades de convertirse en alquimista no eran tan malas.
Tenía una mente fuerte y una buena actitud ante trabajos repetitivos, el único problema era su naturaleza fría que contrastaba con el calor necesario para cuidar de plantas útiles.
Sin embargo, durante la lección de Bruce, brilló como nadie más.
—Es una lástima que ya tengo un alumno como discípulo y requiere toda mi atención. De lo contrario, podría haberme convertido en tu maestro de inmediato —Esas fueron las palabras de Bruce después de que Noah no perdiera ninguna pelea uno contra uno en su clase.