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La tormenta central era inmensa. Dividía regiones enteras de los territorios periféricos y creaba una gran barrera que impedía a cualquier ser vivo explorar su interior.
Además, a menudo vientos escapaban de su superficie y volaban a través de la dimensión separada en forma de tornados violentos. Quedó claro que algunos de los vendavales de ese mundo no eran un fenómeno natural causado por la alta densidad del Aliento, sino que provenían de esa masiva estructura.
Noah no necesitaba activar la técnica de Deducción Divina para entender que cruzar la tormenta sería difícil. Algo tan enorme y que contiene leyes tan densas estaba destinado a afectar las áreas encima y debajo de su marco.
Más aún, había una gran posibilidad de que el ambiente del otro lado contuviera seres vivos en el sexto rango.
