Noah regresó solo al salón, y los enviados no pudieron evitar asaltarlo con incontables preguntas. El juramento les había hecho confiar en que él no los había traicionado, pero aún querían saber el motivo de esa reunión privada.
Noah ya no podía ocultar mucho en ese punto. Comenzó a explicar cómo su método de nutrición corporal lo hacía parecerse a la línea de sangre perdida de los antepasados de ese mundo.
Incluso explicó la historia de Danielle y cómo habían mantenido con vida las seis líneas de sangre.
No hacía falta decir que la idea de tener un harén interesó a algunos de los enviados. Después de todo, todos los humanos en el mundo de Noah tenían tres centros de poder, lo que significaba que cada uno de ellos era un valioso recurso allí.
Por supuesto, Noah les mintió cuando se trataba de las características de su cuerpo. Dijo que Danielle lo había rechazado cuando descubrió que sus habilidades eran resultado de una técnica y conllevaban desventajas.