—A la mierda todos esos maníacos controladores —Noah maldijo en su mente mientras caminaba junto al río.
Cuando llegó frente a su alojamiento, golpeó fuertemente la puerta.
—¡Ivor! Nos mudamos.
A Ivor no le llevó mucho tiempo salir de la pequeña casa y se sorprendió un poco al encontrar a Noah en ese sangriento estado.
—¿Era tan fuerte? —preguntó Ivor.
—No, solo retrasaron mi victoria para ver si revelaba más de mi poder —Noah resopló y se dirigió directamente hacia la fuente del río.
—¿Lo hiciste? —preguntó Ivor.
Noah volvió a resoplar pero no respondió.
Se concentró en su cuerpo y sus huesos emitieron un suave aura fría.
Mientras caminaba, sus múltiples heridas comenzaron a sanar y la nueva piel se creó bajo su carne quemada.
—¿Has hecho otro avance? —preguntó Ivor al notar la velocidad con la que su cuerpo se recuperaba y se sorprendió bastante.