La conciencia de Noah se expandió. Sus olas mentales se asemejaban a una marea furiosa que cubría el mundo y emanaba su aura.
Su cuerpo tenía dificultades para contener tal poder, pero pronto materia oscura salió de su agujero negro y rodeó su esfera mental para incrementar su estabilidad. Ni siquiera el asombroso cuerpo de Noah podía soportar completamente el peso de un centro de poder en el séptimo rango.
Noah se perdió en las sensaciones que recorrían sus olas mentales. Podía ver todo en el mundo, y podía descubrir secretos simplemente enfocándose en áreas específicas.
Su visión cambió. Leyes reemplazaban la materia y le permitían ver la verdadera naturaleza del mundo.
Un pedazo del cielo, lejos de su hogar, tenía una estructura extraña. Las leyes en su tejido estaban demasiado ordenadas para ser una estructura natural. Noah solo necesitaba enfocarse en ese punto para ver que la apertura a una dimensión separada ocupaba esa área.