Noah tenía muchas preguntas, pero su objetivo principal era encontrar estudios dejados por el Rey Elbas. Sin embargo, aceptaría cualquier pieza de información que el Segundo Príncipe estuviera dispuesto a darle.
—¿Por qué no huiste? —preguntó Noah mientras hojeaba algunos de los pergaminos en un estante polvoriento—. Sabías qué recuerdos contenía el cristal que dejaste atrás. Sabías que yo habría venido aquí.
Los pergaminos contenían estudios destinados para cultivadores en el cuarto rango quinto rango, pero incluso Noah podía ver que los métodos actuales de inscripción eran más avanzados que los descritos.
El Rey Elbas podría haber sido un genio, pero la mayoría de su conocimiento se había vuelto de dominio público. Solo sus últimas invenciones seguían siendo un secreto, y el mundo no estaba seguro de si sus descendientes conocían todas ellas.