El hecho de que el Rey Elbas hubiera salido ileso de la primera oleada de ataques no detuvo a Noah y a los demás. Siempre habían sabido que el líder de los Reales era un monstruo, por lo que ese resultado no los sorprendió.
Los atacantes sabían que su carga era un intento desesperado por salvar su potencial. No habrían aceptado la muerte si la tarea fuera fácil.
La segunda oleada de ataques se estrelló en el área dentro y alrededor de las siete estrellas, dando lugar a una segunda nube gris con un tono más oscuro en ese momento.
La nube no tuvo tiempo de dispersarse ya que la tercera oleada de ataques se estrelló de repente en el campo de batalla. Noah y los demás no estaban usando sus hechizos más fuertes, pero su ofensiva era implacable.
Llegó la cuarta oleada de ataques, pero un mar de llamas explotó desde el medio de las estrellas y rechazó la ofensiva entrante antes de que pudiera alcanzar al Rey Elbas.
