—Un tajo negro voló dentro de la esfera mental de Noah —el espacio etéreo de ese entorno parecía romperse bajo el violento poder contenido en el ataque.
Rastros negros seguían el corte. Parecían salir de él, pero un ojo experto vería que se formaban justo después de que el ataque cruzara ese espacio.
—El Santo de la Espada curvó su dedo para lanzar un corte similar, y los dos ataques colisionaron en el aire —el golpe de Noah perdió, pero se mantuvo firme por unos segundos antes de dividirse en dos partes.
—No puedo evitar lamentar haberte mostrado este camino —dijo el Santo de la Espada después de que su corte atravesara la figura etérea de Noah y se dispersara antes de alcanzar los muros mentales.
—Noah lanzó una mirada inquisitiva hacia él mientras analizaba el resultado de ese choque —Podía sentir que estaba acercándose a perfeccionar ese ataque. Solo unas pocas décadas más serían suficientes para completarlo, según sus cálculos.