Un cielo estrellado se extendía en las profundidades del Desfiladero Oscuro, y las pocas luces emitidas por las llamas de Noah iluminaban el ambiente. Se formaban sombras, y la apariencia de la criatura se hacía más visible incluso si el fuego negro había sumergido la mitad de ella.
Noah ya había captado su forma con su conciencia, pero mirarla directamente le dio más pistas sobre su especie.
—¿Es un Pterodáctilo? —pensó Noah mientras olas de choque llenaban su mente. Esa no era la primera vez que veía una especie antigua o extinta, especialmente después de los eventos en el mundo oculto. Sin embargo, las características de aquel espécimen eran tan únicas que no pudo evitar admirarlas.
La criatura no tenía un cuerpo propiamente dicho. No tenía piel ni tejidos, pero tenía una forma fija. Los únicos rastros de su existencia eran su aura y los contornos de su forma. Se parecía a un Compañero Sangre básico cuando el "Aliento" no llenaba sus interiores.