Qiao Xi no pudo evitar levantar las cejas. ¿La señora Xia en realidad había llamado a su madre 'Señorita Yunqiu'? Su tono también era un poco más suave. —Ya tienes dificultades en la familia Xia. Si descubren que me dejaste ir, ¿te perdonarán? Yo estaré bien. Desde que me atreví a venir a la familia Xia, tengo una manera de escapar ilesa, pero no puedo irme ahora.
Si realmente se fuera, Xia Cheng definitivamente sabría que la señora Xia fue quien la dejó ir. ¿Qué castigo recibiría la señora Xia, a quien toda la familia no quería? ¿Desahogaría la familia Xia su ira con ella? ¿Sería torturada hasta la muerte?
Qiao Xi no quería implicar a los demás. Al ver la expresión preocupada de la señora Xia, dijo suavemente:
—No te preocupes, Gu Zheng me salvará.
La señora Xia se quedó ligeramente atónita, luego sonrió con envidia. —Escuché que el Presidente Gu te mima mucho. ¡Debes ser muy feliz estando casada con un hombre así!
…
En la villa de la familia Xia.
