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Como gerente profesional, Chen Li definitivamente no permitiría que tal cosa sucediera, así que decidió persuadir a Qiao Xi amablemente. Inesperadamente, Qiao Xi la ignoró por completo.
Al ver que Qiao Xi menospreciaba a todos, Chen Li se enfureció al instante. —Señorita Qiao, usted debería haber buscado ya al equipo de producción, ¿verdad? Ellos saben que su diseño fue robado, ¿pero a alguien le importa? Solo le permitirán seguir participando en el programa como si nada hubiera pasado. Usted es solo una diseñadora de poca monta. ¿Qué derecho tiene para competir con nuestra Xia Tong? Nuestra Xia Tong tiene un respaldo. ¡Usted no puede permitirse ofenderla!
—No le haré las cosas difíciles. Mientras cambie su diseño, podemos darle una suma de dinero. Tómelo como si hubiéramos comprado su diseño. Además, puedo conseguir que Xia Tong recomiende su ropa. Esto es matar dos pájaros de un tiro. ¡No tiene ningún motivo para rechazar!
