Los ojos del hombre eran largos y estrechos, lo que le daba una apariencia de no tener ninguna ocupación. Miró a Yu Manting con desdén
—¿La esposa de Gu Zheng necesita arrebatar la pulsera de la señorita Yu? ¿Están menospreciando al presidente Gu o a la corporación Gu? Recuerdo que este restaurante occidental pertenece a la corporación Gu, ¿verdad?
—¿Eres un empleado de la familia Gu o un perro al lado de la señorita Yu? ¿Cuánto te dio Yu Manting para que tuvieras el valor de enfrentarte a la señora Gu?
Estas palabras asustaron tanto al gerente que casi se desmaya. El sudor frío le resbalaba por la frente
—No... Yo no acepté dinero. Solo...
Cuando Yu Manting vio a Yin Jingting, inmediatamente adoptó una expresión vergonzosa. Se inclinó hacia adelante y dijo débilmente
—Hermano Jingting, sabía que no me ignorarías...