—¿Así que estás seguro de que estaré a tu merced? ¿Crees que no puedo hacer nada contigo? —dijo casualmente Qiao Xi.
—Xi Xi, en cuenta de que estamos relacionados por sangre, déjame darte un consejo. No tienes ninguna evidencia sustancial, así que es inútil explicar. Ahora que todos ya te han sospechado de arrebatar el matrimonio, el internet está lleno de críticas. Te aconsejo que cooperes obedientemente con nosotros. De lo contrario, tu resultado será definitivamente muy miserable —sonrió orgullosamente Xia Cheng y bajó su voz.
—Oh —Qiao Xi tenía una expresión indiferente.