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Shen Yan vio claramente cómo Xie Ran chocó contra la mano de Fu Hang justo ahora.
Los ojos de Fu Hang estaban llenos de sonrisas. —De verdad.
Shen Yan estaba a punto de decir algo cuando la mano de Fu Hang acarició su cabeza y dijo suavemente:
—No me mires así. ¡Me haces querer hacer algo malo!
Las orejas de Shen Yan se pusieron rojas sin control. Fu Hang todavía tenía ánimo para bromear, lo que significaba que Xie Ran no había chocado con su mano ahora.
—Está bien, volvamos ahora —dijo Fu Hang mientras sujetaba su mano con calma.
Shen Yan asintió.
Fu Hang apareció en el banquete de cena hoy. Shen Yan definitivamente demandaría a esa persona que dijo que Fu Hang estaba muerto por difundir rumores.
Cuando Shen Yan subió al coche, un pensamiento cruzó por su mente. Preguntó:
—¿Fue golpeado Xie Ran por el Viejo Maestro Xie?
—Sí —respondió Fu Hang, abrochándose el cinturón de seguridad con despreocupación.
