Su Xiu no pudo contener su alegría al ver esto. —Parece que tenía razón al marcharse. ¡Ahora entiende cómo preocuparse por Shen Yan!
Shen Yan estaba inicialmente comiendo del lado opuesto. Al observar a Song Xia y a Xie Ran acercándose tragó lentamente el postre.
—La señorita Shen tiene un gran corazón. Todavía tienes tiempo para comer en este momento. Fu Hang pronto estará desempleado. ¿No te preocupa en absoluto? —Song Xia curvó ligeramente sus labios y habló sarcásticamente.
Shen Yan respondió con calma a las palabras de Song Xia:
—Señorita Song, no entiendo lo que dice. ¿Qué le pasa a Fu Hang?
Song Xia quedó algo sorprendida. Rápidamente se dio cuenta de que Shen Yan solo fingía estar calmada. —Ahora, me gustaría felicitar a la señorita Shen por recoger un poco de basura —añadió con una sonrisa condescendiente.
Al escuchar las palabras de Song Xia, la sonrisa de Shen Yan disminuyó ligeramente. Dijo fríamente:
