—Está bien, ¡puedes irte! —Una sonrisa apareció en el rostro del Viejo Maestro Fu.
El plan de Fu Xiaoxiao estaba bien pensado, pero nunca esperó que Shen Yan viniera con personas justo cuando ella estaba arrastrando su equipaje fuera de la sala de estar.
El Mayordomo Fu vio a Shen Yan y Lu Yan entrar con cuatro hombres. Estaba sorprendido y preguntó confundido:
—Señorita Shen, ¿qué planeas hacer...?
La mirada de Shen Yan pasó por el Mayordomo Fu y finalmente aterrizó en Fu Xiaoxiao, quien estaba jalando su maleta.
El Mayordomo Fu siguió la dirección de su mirada y tuvo un mal presentimiento en su corazón.
—Nada, solo quiero tener una buena charla con la Señorita Fu —Shen Yan levantó el pie y caminó hacia Fu Xiaoxiao emitiendo un aura fría.
Cuando Fu Xiaoxiao vio a Shen Yan, sus piernas se sentían tan rígidas que no podía caminar, y sus palmas estaban cubiertas de sudor frío.
