Chu Cichen sabía que Shen Ruojing estaba extremadamente enfadada en ese momento.
Pero él lo entendía. Después de presenciar la boda del Dr. Xu y Rong Rong, él también se llenó de ira.
Siempre había sido un hombre de palabra, por lo que él y Shen Ruojing asumieron que Song Chen, quien había heredado su memoria como su clon, también sería igual.
Nunca habían considerado que Song Chen incumpliría su palabra, convirtiendo la boda de alguien en un funeral...
¿Pero dejar que Shen Ruojing fuera al País Y?
El País Y estaba ahora bajo el control de la Familia Karl. Si ella iba allí sola, sería demasiado peligroso.
Sin embargo, Chu Cichen sabía que no podía disuadirla, por lo que permaneció en silencio por un momento antes de decir:
—Jingjing, no estás preparada para ir al País Y ahora mismo.
Shen Ruojing le lanzó una mirada feroz. La intención asesina en sus ojos de flor de durazno era abrumadora para Chu Cichen. Pero aun así, él todavía dijo: