—¡No, esto no puede ser! ¡Mi Zixuan!
—¡No lo creo! ¡Luo Jian no moriría tan fácilmente!
—¿Cómo pudo pasarle esto a Ji Shuai, ese granuja? ¡Debe haber algo mal!
Los tres líderes de familia mostraron pánico por primera vez en público, perdiendo su acostumbrada compostura.
En este momento, el centro de comando cayó en un silencio sepulcral. Todas las miradas estaban puestas en ellos.
Todos entendían lo que había sucedido y lo que significaba. ¿Los herederos más sobresalientes de las tres armadas del País A, que también eran los futuros comandantes, estaban muertos?
¿Todos ellos?
¿Cómo es posible?
¡Si realmente esto sucediera, el futuro del País A sería sombrío!
Entonces los tres líderes de familia se apresuraron a la computadora, mirando el monitor que ya no mostraba imágenes rojas, indicando... que las personas efectivamente habían desaparecido...
Todos se quedaron petrificados en su sitio.