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La situación que creó Luo Sha causó un gran conmoción. Si Shen Ruojing no revelaba su identidad, sería difícil acabar con la situación hoy.
Shen Ruojing pensó eso, y cuando vio a Song Chen mirándola, asintió con la cabeza.
Song Chen de inmediato entendió algo y gritó:
—Ella es de la familia real...
Antes de que la palabra "princesa" pudiera ser pronunciada, una voz severa vino del costado:
—¿Qué estás haciendo aquí?
Al escuchar esta voz familiar, Shen Ruojing se giró emocionada y vio a Jing Zhen acercándose. Se había cambiado a un uniforme de emperador. Con adornos dorados en sus hombros, se veía alto, poderoso e imponente.
Al verlo, Luo Sha y los demás se asustaron repentinamente, incluidos los guardias. Todos de inmediato se arrodillaron.
Únicamente Shen Ruojing permaneció allí sin moverse.
La pequeña criada llamada Yu Jing vio esto e inmediatamente tiró de los pantalones de Shen Ruojing, susurrándole como un recordatorio:
—¡Arrodíllate rápido!
