Shen Yuansong inmediatamente dijo con desdén:
—No me saludes así. No te conozco.
No reconoció a Shen Qianhui para poder evitar molestar su vida. En realidad, había un poco de autoengaño involucrado.
Sin embargo, no podía negar que también había una pizca de egoísmo. Realmente despreciaba a Jing Zhen, un actor de poca monta. ¿Cómo era este hombre digno de su hija? ¿Solo por su apariencia?
Por lo tanto, Shen Yuansong tenía una mala actitud hacia Jing Zhen.
Cuando Shen Yuansong se enfureció, la escena se volvió un poco incómoda.
Al ver esto, Chu Cichen tosió y miró a Jing Zhen:
—Suegro, tú...
La cara de Jing Zhen oscureció de nuevo:
—No me llames, yo...
No terminó su frase y se dio cuenta de que Shen Yuansong lo estaba mirando, así que cambió de estrategia:
—¡Los dos aún no están casados! ¡No puedes llamarme suegro!
Chu Cichen:
...
Obdientemente cambió sus palabras:
—Tío, ¿cómo supo que habían arrestado a Jingjing?
Jing Zhen respondió:
