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—El director, luciendo desconcertado, apartó a Xiao Xiao e intentó avanzar para decir algo.
Mientras tanto, Shen Ruojing mostró una leve sonrisa. A pesar de tener cuarenta y cinco años, su meticuloso régimen de cuidado de la piel, reforzado por sus propios productos antienvejecimiento, la había dejado completamente sin arrugas. Parecía más joven y más hermosa que estrellas en sus treintas. Sin embargo, su arrogancia y salvajismo se habían suavizado con los años.
Shen Ruojing aún prefería la ropa sencilla, vistiendo prendas sueltas que la hacían parecer la hermana mayor del vecino. Daba la impresión de un sabio maestro de artes marciales que había vuelto a la simplicidad tras experimentar las pruebas de la vida.
Su sonrisa silenció a todos en la habitación, dejándolos mirando en asombro. Sin embargo, se mantuvo en silencio, y fue el atractivo tío a su lado quien habló primero. Él dijo —Siéntanse libres, solo estamos aquí para echar un vistazo.
Todos asintieron en acuerdo.
