—Las caras de estos invitados eran realmente extrañas.
Cuando Xiao Xiao vio a Shen Ruojing salir del coche, incluso pensó que sus ojos le estaban jugando una mala pasada.
Se frotó los ojos y los abrió de nuevo, pensando que debía estar alucinando. ¿De qué otra manera podría haber salido su ídolo del coche?
Li Shibai, Lin Xi y Zhang Wanhong, los otros tres invitados, estaban igualmente estupefactos, con la boca abierta como si pudieran meter un huevo dentro.
Ellos, al igual que Xiao Xiao, pensaron que debía haber algo mal con la manera en que estaban viendo las cosas.
Incluso Su Yan estaba atónita. Ella había visto al Profesor Z antes, así que no podía olvidar la imagen del Profesor Z de pie en un podio, dándoles un breve discurso. Siempre se había mostrado serena y compuesta.
En aquel entonces, les había dicho que la ciencia no tenía límites y que debían esforzarse por explorar los misterios de todo el universo.
¿Pero ahora, esta persona tan estimada aparecía frente a ella?
