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Cuando Chu Tianye inicialmente eligió a Su Yan, Shen Ruojing estaba presente, por lo que, por supuesto, ella sabía quién era Su Yan. La razón por la que no dijo la verdad antes era para jugar un poco con Ye Lü. Después de todo, ella entendía que Ye Lü no creería tales palabras.
Sin embargo, en este momento, para que su hijo de repente dijera esto, ¿qué estaba tramando?
Shen Ruojing sostenía su taza de té, levantando una ceja mientras observaba su actuación.
Ye Lü parecía visiblemente perpleja por un momento, luego frunció el ceño:
—No trates de engañarme. ¿Qué está maquinando ahora? Un hombre de cuarenta años como él, no creo que todavía pueda andar en líos por fuera... Incluso si tiene la intención, ¡le falta la capacidad!
En presencia de Chu Tianye, las palabras de Ye Lü eran más bien indirectas.
Chu Tianye, de hecho, no se dio cuenta, pero suspiró:
