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Shen Ruojing ignoró las palabras de Yan Zixuan y habló —Si nos permiten participar en la competición de artes marciales, puedo compartir la fórmula de este ungüento con el ejército, para que los médicos militares puedan prepararlo. Les garantizo que después del entrenamiento, al día siguiente no sentirán dolor en la cintura ni en las piernas.
Yan Zixuan se burló —¿Cómo es eso posible? ¿Crees que eres algún tipo de médico divino?
Aunque los soldados ya estaban acostumbrados al entrenamiento, definitivamente tendrían que intensificar su entrenamiento antes de la competición de artes marciales.
En ese momento, los soldados aún serían incapaces de soportar el dolor al despertar al día siguiente.
Los médicos militares habían estado investigando esos ungüentos durante mucho tiempo.
De hecho, incluso Yan Zixuan mismo tenía viejas lesiones y usaba un emplasto en la espalda, pero eso solo aliviaba, no eliminaba completamente el dolor y la rigidez.
