Shen Ruojing se quedó atónita.
La mirada de Chu Cichen se volvió sombría y preguntó:
—El 1 de noviembre de hace seis años, en Halloween, ¿fuiste al Hani Bar?
Shen Ruojing levantó ligeramente las cejas. —Así es.
Chu Cichen la miró. —¿Sabes qué día era?
Shen Ruojing apretó los labios, frunciendo el ceño mientras se sentía perpleja. —No lo sé. Solo sé que alguien me pidió que fuera allí, pero me dejó plantada.
Chu Cichen tomó un respiro profundo. —Yo fui quien te invitó.
Shen Ruojing. —¿?
Chu Cichen la miró con una amarga sonrisa en su rostro. —Te dejé una nota para que me encontraras en el Hani Bar.
Shen Ruojing. —¿¿¿???
No podía recordar este asunto en absoluto. Frunció el ceño y pensó en ello por un breve momento, luego los acontecimientos que habían ocurrido ese día pasaron fugazmente por sus ojos.
Al entrar a la organización, vio una nota que la citaba en el Hani Bar. Estaba escrito que la persona tenía algo muy importante que decirle.