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Era el tipo de persona que no tenía mucha energía para empezar. Se relajaba naturalmente al llegar a un territorio que podía darle seguridad.
El sueño la seguía.
En este momento, se obligó a levantar la cabeza y mantener su conciencia. Apoyó su fría mano blanca bajo su barbilla y se sentó como un anciano. —Oh, tengo un amigo abogado. Él charló conmigo antes.
—¿Un amigo abogado? —preguntó Qin Si.
—¿Qué tan cojonudo tiene que ser un abogado para que el Viejo Maestro Wei haga un testamento? —Qiao Nian habló con tranquilidad, pero Qin Si sabía que el amigo del que hablaba definitivamente no era una persona ordinaria.
Sin embargo, después de experimentar ver a Ye Lan en el Pabellón Lan, ya estaba familiarizado con estas cosas. No estaba tan alterado como al principio.
Solo respondió con un "oh" antes de girar la cabeza para mirarla. Cuanto más la miraba, más sentía que Qiao Nian parecía una estudiante de secundaria ordinaria. ¿Cómo podría ser tan impresionante?!
