Gu San quería saber qué estaba pasando en línea. Al ver la expresión indiferente de Qiao Nian, de repente no quería saber tanto.
—Señorita Qiao… —estaba a punto de decir— Señorita Qiao, puede guardar silencio si no quiere hablar de ello.
Pero Qiao Nian ya había empezado a hablar con calma. —Tenía 11 años cuando vi que Qiao Chen fue llevada por un extraño de camino a casa. La seguí preocupada, pero quién iba a decir que a mitad de camino sería drogada con éter. Luego, los secuestradores nos usaron a las dos para pedir dinero a la familia Qiao —2 millones cada una. En aquel momento, la empresa acababa de establecerse. No tenían mucho capital líquido y solo sacaron 2 millones de yuanes. Específicamente pidieron rescatar a Qiao Chen…