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Él había llamado al menos una docena de veces y solo dos o tres personas habían aceptado venir a cenar. Los demás habían encontrado todo tipo de razones para declinar.
Era obvio lo difícil que era.
Pekín siempre había sido un lugar donde las personas eran juzgadas por sus orígenes.
Nian Nian siempre se había quedado en Ciudad de Rao y rara vez venía a Pekín. También mantenía un perfil bajo cuando venía a Pekín, y casi nadie sabía de su existencia.
Esta vez, la Familia Jiang de repente quería celebrar un banquete escolar para su sobrina a la que finalmente habían encontrado en Ciudad de Rao. Cuando oyeron que esta chica era una pariente de una pequeña ciudad, todos inventaron razones para rechazarlo antes de que pudiera continuar.
Él estaba en sus cuarenta y era una figura famosa en Pekín. Como otros lo habían rechazado cortésmente, no podía suplicar descaradamente que vinieran a comer.
