—¿Zhui Guang?
La mente de Jiang Xianrou estaba llena de Zhou Wei. Le debía un favor a Zhou Hengfeng la última vez. Esta vez, él vino buscando ayuda, pero ella no tuvo éxito. Se sintió un poco avergonzada. Al escuchar esto, su mente no lo pudo procesar. Se quitó la bufanda y la colgó al lado, suprimiendo la frustración entre sus cejas.
—Lo sé. Ella es muy popular en Internet. Mamá, ¿por qué preguntas por ella?
Zhui Guang era comparable a una celebridad en Internet.
Sin embargo, esta reputación no valía la pena mencionarla en su círculo.
Tang Wanru era una señora rica. No importaba cuán popular fuera Zhui Guang, en sus ojos ella no era más que un juguete.
¿Por qué su madre de repente mencionó a Zhui Guang?
Tang Wanru no dijo nada más y le mostró el teléfono.
—Mira.