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Ninguno de los estudiantes de Clase B esperaba que ella fuera tan defensiva.
Incluso discutía con sus propios compañeros de clase.
Cuando recobraron el sentido, también comenzaron a burlarse de Qiao Nian.
—Es cierto —dijo uno—. Wu Jie no dijo nada incorrecto. Es demasiado prepotente impedir que otros digan la verdad.
—¿Qué sabes tú de esto? —replicó otro—. La Clase A es la mejor clase de la escuela. Es natural que no permitan que otros hablen mal de ellos. ¡Ella es la estudiante estrella. Debe ser extraordinaria!
—Wow, ¿la estudiante estrella no logró entrar a la Universidad de Qing? —se burló otro—. ¿Fue a Pekín solo para fallar en el examen?
—Debe ser doloroso escuchar la verdad, así que ten cuidado con lo que dices —advirtió uno de ellos—. Todos de la Clase A están ahí. ¿Qué pasa si nos escuchan y se enojan? Me dan tanto miedo.
…
Qiao Chen escuchó a sus compañeros de clase burlarse de la Clase A, y las esquinas de su boca se elevaron de forma burlona.
