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—Estoy bien —Ye Wangchuan levantó sus párpados. Sus ojos estaban claros y parecía estar bien—. Tío Liang, no te preocupes por mí. Adelante.
—Mm —Liang Conglin era un viejo amigo del Viejo Maestro Ye en privado y también era todo un ciclo de 12 años mayor que él. Ye Wangchuan lo llamaba Tío Liang, por lo que no tenía formalismos. Después de estar de acuerdo, le preguntó:
— ¿Quieres que le pida al camarero que te traiga un tazón de sopa para la resaca?
Ye Wangchuan miró casualmente su teléfono móvil. Qiao Nian no le había enviado un mensaje. Puso su brazo sobre la mesa y presionó sus dedos contra el puente alto de su nariz mientras fruncía el ceño, sin saber en qué pensar. Estaba a punto de rechazarlo cuando volvió a coger su teléfono móvil. Se levantó y dijo:
—No hace falta. Saldré a dar un paseo y a despejarme.
—Entonces más tarde... —Liang Conglin quería preguntar si volvería.