Los cuatro habían encontrado una cueva en alguna parte de las montañas cercanas donde la montaña del dragón aún estaba a la vista. Después de una breve discusión, decidieron pasar la noche allí para dar a Vera todo el descanso posible con su situación actual.
Afortunadamente, Vera despertó al día siguiente. A Evie le sorprendió lo rápido que se estaba recuperando, pero rápidamente se dio cuenta de que no debería sorprenderse tanto. Después de todo, Vera ya no era simplemente una humana. ¡Ahora es una guardiana de dragones, igual que ella!
Incluso fue Vera quien pidió a Evie que empezara a enseñarle y entrenarla en asuntos relacionados con los dragones, solo unos minutos después de haber terminado su desayuno.
