Gavrael sostuvo la mirada de Gideon. Podía ver que su hermano estaba sorprendido por lo que acababa de revelar. Bueno, claro que lo estaría. No había dado ninguna indicación de que era diferente desde que regresó a las Tierras Bajas.
Gideon se había escondido tan condenadamente bien en aquel entonces que Gavrael tardó años en darse cuenta de que su hermano en realidad no lo había abandonado aquella vez, esperando que muriera. De hecho estaba oculto y todavía lo protegía, asegurándose de que no fuera asesinado por esos monstruos.
Pero Gavrael pensó que era un poco tarde cuando finalmente se dio cuenta. Ya había odiado a Gideon durante tanto tiempo que ya era difícil para ambos siquiera mirarse, mucho menos hablar. Y Gideon tampoco intentó hacer nada para reconciliar su relación. En lugar de eso, continuó alejándose cada vez más, tanto que Gavrael no tuvo la oportunidad de preguntarle por qué había dicho a sus padres que lo había abandonado cuando en realidad no lo había hecho.