"Dentro del inmenso y extravagante salón del trono del palacio del Rey, Gavriel y sus hombres estaban de pie ante el impresionante trono hecho de piedras preciosas de color negro intenso.
Anteriormente, cuando los vampiros entraron y pasaron por ese portal —todos ellos se quedaron pasmados ante lo que parecía ser un mundo completamente nuevo en el que habían llegado—. No sabían si su príncipe estaba tan sorprendido como ellos, ya que ocultó cualquier expresión que tuviera durante todo ese tiempo. Todo lo que se podía ver era su rostro serio e inescrutable que solía mostrar cuando trataba asuntos serios: asuntos de suma importancia.
De hecho, todo el grupo de hombres de élite del rey había estado tan callados como su señor y maestro desde que entraron en el portal —se sentían como si estuvieran con la versión oscura de Gavriel nuevamente—, pero no exactamente igual. Sin embargo, ninguno de ellos se atrevió a hablar y preguntar si todo estaba bien con él.
