"Aunque sorprendida por el movimiento repentino, Zanya se aferró a él confiada —ya dándose cuenta de que él debía de haber sentido la llegada de alguien y que tenían que esconderse ahora—. La miró, luego sus labios presionaron contra los de ella. Ella inmediatamente le devolvió el beso, sonriendo en su mente con incredulidad sobre cómo demonios seguía estando tan excitada y no podía siquiera rechazarlo en esta situación.
Cuando él rompió el beso, nadó hacia una cierta dirección, tirando de su muñeca. Sus cabezas emergieron lentamente del agua detrás de una piedra de cristal.
Respiraban lo más silenciosamente posible —todo mientras escuchaban a las voces que habían aparecido en la orilla—. Leon estaba contento de haber saltado al agua con ella. Si se hubieran quedado en la orilla aunque fuera un poco más de tiempo, estaba seguro de que esas personas podrían haber captado sus olores.
—Ellos también están aquí ahora. ¿Crees que esos idiotas realmente entraron en el bosque?
